Tanto en el Judaísmo como en el Islam existe la creencia de que la lengua en la que fueron transmitidos sus libros sagrados es una lengua sagrada. Para los judíos es el hebreo, lengua original de la Biblia, mientras que para los musulmanes es el árabe, lengua original del Corán. Por ello, estas dos lenguas semíticas han ocupado un lugar esencial en el desarrollo de las culturas judía e islámica a lo largo de la Historia. Así se puede ver, por ejemplo, en el hecho de que los musulmanes hayan intentado siempre utilizar el alfabeto árabe en su uso de cualquier otra lengua, mientras que los judíos han hecho lo mismo con el alfabeto hebreo. En la Península Ibérica podemos apreciar estos usos lingüístico como el caso del aljamiado-morisco (lengua romance escrita con alfabeto árabe) o el judeo-árabe (lengua árabe escrita con alfabeto hebreo).